VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ

  1. VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ
    PAPA FRANCISCO: "¡QUE SE ELEVE FUERTE EN TODA LA TIERRA EL GRITO POR LA PAZ!"

    Mañana sábado, siga la vigilia de oración por la paz con el Papa Francisco en: www.youtube.com/watch?v=zw1UYylwwuc

    En el pequeño vídeo que acompaña estas líneas, pueden ver la invitación del Papa a participar en la vigilia. ¡UNIDOS EN ORACIÓN POR LA PAZ!
    http://www.youtube.com/watch?v=_I9rEQu4V0w







    ENCUENTRO DE ORACIÓN

    “¡EL GRITO DE LA PAZ!”


    NOS SITUAMOS
    Comenzamos en silencio, se leerá despacio el mensaje de Papa Francisco Ángelus del 1 de Septiembre 2013

    Queridos hermanos y hermanas: Buenos días.

    Hoy, queridos hermanos y hermanas, quisiera hacerme intérprete del grito que, con creciente angustia, se levanta en todas las partes de la tierra, en todos los pueblos, en cada corazón, en la única gran familia que es la humanidad: ¡el grito de la paz! Es el grito que dice con fuerza: Queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de paz, queremos que en nuestra sociedad, desgarrada por divisiones y conflictos, estalle la paz; ¡nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra! La paz es un don demasiado precioso, que tiene que ser promovido y tutelado.

    Vivo con particular sufrimiento y preocupación las numerosas situaciones de conflicto que hay en nuestra tierra, pero, en estos días, mi corazón está profundamente herido por lo que está sucediendo en Siria y angustiado por la dramática evolución que se está produciendo.

    Hago un fuerte llamamiento a la paz, un llamamiento que nace de lo más profundo de mí mismo. ¡Cuánto sufrimiento, cuánta destrucción, cuánto dolor ha ocasionado y ocasiona el uso de las armas en este atormentado país, especialmente entre la población civil inerme! Pensemos: cuántos niños no podrán ver la luz del futuro. Condeno con especial firmeza el uso de las armas químicas. Les digo que todavía tengo fijas en la mente y en el corazón las terribles imágenes de los días pasados. Hay un juicio de Dios y también un juicio de la historia sobre nuestras acciones, del que no se puede escapar. El uso de la violencia nunca trae la paz. ¡La guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia!

    Con todas mis fuerzas, pido a las partes en conflicto que escuchen la voz de su conciencia, que no se cierren en sus propios intereses, sino que vean al otro como a un hermano y que emprendan con valentía y decisión el camino del encuentro y de la negociación, superando la ciega confrontación. Con la misma fuerza, exhorto también a la Comunidad Internacional a hacer todo esfuerzo posible para promover, sin más dilación, iniciativas claras a favor de la paz en aquella nación, basadas en el diálogo y la negociación, por el bien de toda la población de Siria.

    Que no se ahorre ningún esfuerzo para garantizar asistencia humanitaria a las víctimas de este terrible conflicto, en particular a los desplazados en el país y a los numerosos refugiados en los países vecinos. Que los trabajadores humanitarios, dedicados a aliviar los sufrimientos de la población, tengan asegurada la posibilidad de prestar la ayuda necesaria.

    ¿Qué podemos hacer nosotros por la paz en el mundo? Como decía el Papa Juan XXIII, a todos corresponde la tarea de establecer un nuevo sistema de relaciones de convivencia basadas en la justicia y en el amor (cf. Pacem in terris [11 abril 1963]: AAS 55 [1963], 301-302).

    ¡Que una cadena de compromiso por la paz una a todos los hombres y mujeres de buena voluntad! Es una fuerte y urgente invitación que dirijo a toda la Iglesia Católica, pero que hago extensiva a todos los cristianos de otras confesiones, a los hombres y mujeres de las diversas religiones y también a aquellos hermanos y hermanas no creyentes: la paz es un bien que supera cualquier barrera, porque es un bien de toda la humanidad.

    Lo repito alto y fuerte: no es la cultura de la confrontación, la cultura del conflicto, la que construye la convivencia en los pueblos y entre los pueblos, sino ésta: la cultura del encuentro, la cultura del diálogo; éste es el único camino para la paz.

    Que el grito de la paz se alce con fuerza para que llegue al corazón de todos y todos depongan las armas y se dejen guiar por el deseo de paz.

    Por esto, hermanos y hermanas, he decidido convocar en toda la Iglesia, el próximo 7 de septiembre, víspera de la Natividad de María, Reina de la Paz, una jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero, y también invito a unirse a esta iniciativa, de la manera que consideren más oportuno, a los hermanos cristianos no católicos, a los que pertenecen a otras religiones y a los hombres de buena voluntad.

    El 7 de septiembre en la Plaza de San Pedro, aquí, desde las 19.00 a las 24.00 horas, nos reuniremos en oración y en espíritu de penitencia para implorar de Dios este gran don para la amada nación siria y para todas las situaciones de conflicto y de violencia en el mundo. La humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz y de oír palabras de esperanza y de paz. Pido a todas las Iglesias particulares que, además de vivir esta jornada de ayuno, organicen algún acto litúrgico por esta intención.

    Pidamos a María que nos ayude a responder a la violencia, al conflicto y a la guerra, con la fuerza del diálogo, de la reconciliación y del amor. Ella es Madre. Que Ella nos ayude a encontrar la paz. Todos nosotros somos sus hijos. Ayúdanos, María, a superar este difícil momento y a comprometernos, todos los días y en todos los ambientes, en la construcción de una auténtica cultura del encuentro y de la paz. María, Reina de la Paz, ruega por nosotros.

    CANTO:
    “Oh alto y glorioso Dios,
    Ilumina las tinieblas de mi corazón.
    Dame fe recta, esperanza cierta,
    caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor,
    para que cumpla tu santo y veraz mandamiento” (bis)

    ORACIÓN INICIAL.

    ORACIÓN SIMPLE DE SAN FRANCISCO

    Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
    Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
    Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
    Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
    Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
    Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
    Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
    Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
    Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
    Oh Señor, que yo no busque tanto
    ser consolado, cuanto consolar,
    ser comprendido, cuanto comprender,
    ser amado, cuanto amar.
    Porque es dándose como se recibe,
    es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
    es perdonando, como se es perdonado,
    es muriendo como se resucita a la vida eterna.

    Durante la Oración se enciende una vela grande

    TEXTOS FRANCISCANOS:
    LECTOR nº 1
    Admonición XV De Francisco de Asís
    Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios. Son verdaderamente pacíficos aquellos que, con todo lo que padecen en este siglo, por el amor de nuestro Señor Jesucristo, conservan la paz en el alma y en el cuerpo.
    Leyenda Mayor de San Buenaventura 3.2
    Desde entonces, el varón de Dios, fiel a la inspiración divina, comenzó a plasmar en sí la perfección evangélica y a invitar a los demás a penitencia. Sus palabras no eran vacías ni objeto de risa, sino llenas de la fuerza del Espíritu Santo, calaban muy hondo en el corazón, de modo que los oyentes se sentían profundamente impresionados.
    Al comienzo de todas sus predicaciones saludaba al pueblo, anunciándole la paz con estas palabras: «¡El Señor os dé la paz!» Tal saludo lo aprendió por revelación divina, como él mismo lo confesó más tarde. De ahí que, según la palabra profética (Is 52,7) y movido en su persona del espíritu de los profetas, anunciaba la paz, predicaba la salvación y con saludables exhortaciones reconciliaba en una paz verdadera a quienes, siendo contrarios a Cristo, habían vivido antes lejos de la salvación.
    CANTO

    Textos legislativos Franciscanos:
    LECTOR Nº 2
    TEXTO DE LA REGLA NO BULADA DE LOS HERMANOS MENORES: XXII, 1-4
    Consideremos todos los hermanos lo que dice el Señor: Amad a vuestros enemigos y haced el bien a los que os odian, porque nuestro Señor Jesucristo, cuyas huellas debemos seguir, llamó amigo a quien lo traicionaba y se ofreció espontáneamente a quienes lo crucificaron. Por lo tanto, son amigos nuestros todos aquellos que injustamente nos acarrean tribulaciones y angustias, afrentas e injurias, dolores y tormentos, martirio y muerte; a los cuales debemos amar mucho, porque, por lo que nos acarrean, tenemos la vida eterna.

    TEXTO DE LA REGLA DE SANTA CLARA (DAMAS POBRES): X, 10-13
    Orar siempre a él con puro corazón y tener humildad, paciencia en la tribulación y en la enfermedad, y amar a esos que nos persiguen, nos reprenden y nos acusan, porque dice el Señor: Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

    TEXTO DE LA REGLA DE LA TERCERA ORDEN FRANCISCANA REGULAR: V, 20
    Los hermanos y las hermanas sean apacibles, pacíficos y modestos, mansos y humildes, hablando a todos decorosamente, como conviene. Y, dondequiera que estén o vayan por el mundo, no litiguen ni contiendan de palabra, ni juzguen a los otros, sino muéstrense gozosos en el Señor y alegres y convenientemente graciosos. Y digan este saludo: "El Señor te dé la paz"

    TEXTO DE LA REGLA DE LA ORDEN FRANCISCANA SEGLAR 19:
    Como portadores de paz y conscientes de que la paz ha de construirse incesantemente, indaguen los caminos de la unidad y de la inteligencia fraterna mediante el diálogo, confiando en la presencia del germen divino que hay en el hombre y en la fuerza transformadora del amor y del perdón

    CANTO

    TIEMPO PARA ESCUCHAR LA PALABRA:
    LECTOR Nº 3
    Carta de Santiago 3,13-18
    El que se tenga por sabio y prudente, demuestre con su buena conducta que sus actos tienen la sencillez propia de la sabiduría. Pero si ustedes están dominados por la rivalidad y por el espíritu de discordia, no se vanagloríen ni falten a la verdad. Semejante sabiduría no desciende de lo alto sino que es terrena, sensual y demoníaca. Porque donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad. En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera. Un fruto de justicia se siembra pacíficamente para los que trabajan por la paz.
    CANTO

    SALMO: CÁNTICO DE LA CREATURAS

    Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,
    tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
    tan sólo tú eres digno de toda bendición,
    y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.

    Loado seas por toda criatura, mi Señor,
    y en especial loado por el hermano sol,
    que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor,
    y lleva por los cielos noticia de su autor.

    Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
    y las estrellas claras, que tu poder creó,
    tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
    y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!

    Y por la hermana agua, preciosa en su candor,
    que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor!
    Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
    y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!
    Y por la hermana tierra, que es toda bendición,
    la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
    las hierbas y los frutos y flores de color,
    y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!

    Y por los que perdonan y aguantan por tu amor
    los males corporales y la tribulación:
    ¡felices los que sufren en paz con el dolor,
    porque les llega el tiempo de la consolación!

    Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor!
    Ningún viviente escapa de su persecución;
    ¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
    ¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!

    ¡No probarán la muerte de la condenación!
    Servidle con ternura y humilde corazón.
    Agradeced sus dones, cantad su creación.
    Las criaturas todas, load a mi Señor.

    Tiempo de silencio: Reflexión, y Signo.
    o REFLEXIÓN

    o SIGNO

    CANTO

    Tiempo de Pedir al Padre

    Presidente:
    Oremos al Dios de toda la Humanidad invocándolo como Padre y diciendo: PADRE, DANOS LA PAZ

    Para que cesen todas las guerras en el mundo
    PADRE, DANOS LA PAZ

    Por las víctimas del odio, la opresión y la violencia, que lo soporten en paz y no devuelvan mal por mal.
    PADRE, DANOS LA PAZ

    Por todos los que actualmente son perseguidos y lo soporten en paz y no devuelvan mal por mal
    PADRE, DANOS LA PAZ

    Por las familias y por toda la sociedad, que la paz habite en los corazones de todos.
    PADRE, DANOS LA PAZ

    Por los que no tienen lo necesario para vivir dignamente, que nunca les falte nuestra ayuda solidaria.
    PADRE, DANOS LA PAZ

    Por los que sufren enfermedad o tribulación, que nunca les falte nuestro amor y consuelo.
    PADRE, DANOS LA PAZ
    Por todos los miembros de la gran familia franciscana, que sean siempre sembradores de paz y bien.
    PADRE, DANOS LA PAZ

    Libres

    PADRENUESTRO

    ORACIÓN FINAL: Plegaria a San Francisco de Asís. Juan Pablo II (La Verna 1993)

    Oh San Francisco,
    que recibiste los estigmas en La Verna,
    el mundo tiene nostalgia de ti
    como icono de Jesús crucificado.
    Tiene necesidad de tu corazón
    abierto a Dios y al hombre,
    de tus pies descalzos y heridos,
    y de tus manos traspasadas e implorantes.
    Tiene nostalgia de tu voz débil,
    pero fuerte por el poder del Evangelio.
    Ayuda, Francisco, a los hombres de hoy
    a reconocer el mal del pecado
    y a buscar su purificación en la penitencia.
    Ayúdalos a liberarse también
    de las estructuras de pecado,
    que oprimen a la sociedad actual.
    Reaviva en la conciencia de los gobernantes
    la urgencia de la paz
    en las naciones y entre los pueblos.
    Infunde en los jóvenes tu lozanía de vida,
    capaz de contrastar las insidias
    de las múltiples culturas de muerte.
    A los ofendidos por cualquier tipo de maldad
    concédeles, Francisco,
    tu alegría de saber perdonar.
    A todos los crucificados por el sufrimiento,
    el hambre y la guerra,
    ábreles de nuevo las puertas de la esperanza.
    Amén.
    BENDICIÓN

    El Señor os bendiga y os guarde.
    Haga brillar su rostro sobre vosotros y os conceda su favor. AMÉN.

    Vuelva su mirada a vosotros y os conceda la paz. AMÉN.

    El Señor esté siempre con vosotros
    y ojalá que vosotros estéis siempre con El. AMÉN.

    Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, Descienda sobre vosotros. AMÉN.

    PAZ Y BIEN.

    Papa Francisco: "¡Que se levante fuerte en toda la Tierra el grito de la paz!"

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